Alcaraz sucumbe ante Humbert y evoca sus fantasmas en París
El murciano claudica ante la imponente puesta en escena del galo en la primera manga y su remontada se queda a medio camino
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El Palacio Multiusos de París asistió absorto a un extravío sorprendente, el de Carlos Alcaraz ante Ugo Humbert. Un tenista que apenas había arañado un set en sus dos enfrentamientos anteriores, ambos decantados de parte del murciano, pero cuya actual puesta en escena, imponente desde el principio, derritió al tenista español (6-1, 3-6, 7-5) que se despide de un torneo desdichado para él.
Para el recuerdo queda la borrascosa velada ante Hugo Gaston hace tres años, cuando perdió siete juegos consecutivos para dejar escapar un 5-0 a favor, o los problemas abdominales de hace dos cursos que le obligaron a retirarse, o el cansancio físico del curso pasado contra Safiullin. Esta temporada arribó en el Masters 1.000 de París confiado de que se el guion sería distinto.
Pero no es sencillo París-Bercy para el murciano, tampoco el formato indoor. Ninguno de sus 16 títulos han llegado bajo el techo de la pista. Alcaraz posee recursos para desenvolverse en cualquier tesitura, pero de momento se le resisten dos intangibles: jugar bajo techo y rendir en el tramo final de la temporada.
«El año pasado, al llegar al último torneo, probablemente estuve cansado, no jugué como quería. Pero en esta ocasión me siento diferente. Sé qué tengo que hacer. He trabajado muy bien últimamente. Estoy preparado para hacer un buen resultado aquí, o al menos llegar más lejos que hace un año, lo cual no es muy difícil…», apuntaba el murciano en París, tierra de sentimientos encontrados para él.
En la capital gala precintó Roland Garros hace unos meses, pero nunca ha podido triunfar en su Masters 1.000. Se difuminó ante un Humbert loable e inspirado, especialmente en la primera manga, en la que desdibujó al español. El primer juego, en blanco para el francés, fue el toque de corneta de la tormenta que estaba por desatarse.
Ugo, sólido con su servicio y agresivo al resto, le rompió el saque al murciano por partida doble a las primeras de cambio. El galo atisbó zozobra en el otro lado de la pista y zarandeó todo lo que pudo al español que cerró el primer set con un único juego ganado, 15 errores no forzados y apenas cuatro golpes ganadores. Poco más de 20 minutos que desembocaron en una reflexión urgente y una imperiosa necesidad de reaccionar.
Todo había ocurrido demasiado rápido, como la pista, la más rápida del circuito. Se armó Alcaraz de convicción para igualar fuerzas en el segundo parcial. Aseguró su servicio y comenzó a soltar su derecha que, poco a poco, fue perforando el escudo de su rival. Agrietó su confianza y logró la ansiada rotura en el ecuador del segundo set. Su grito, retumbante en el Palais, más que justificado era necesario.
Se había sacudido, tras un letargo de media hora, la zozobra inicial. Empezaba otro partido dentro del partido. Uno que Carlos ha jugado en varias ocasiones. Ferrero le aleccionó para cambiar el signo del partido en la última manga, pero se encontró con pétreo Humbert al saque. Ambos se intercambiaron la presión sin ceder su servicio.
Hasta que en el último, cuando Carlos debía ganar para forzar el tie break, una bola larga del murciano desató la locura a orillas del Sena. Humbert está en cuartos y Alcaraz fuera. El golpe puede retumbar más si Zverev, que al igual que el galo, pasó de ronda, alcanza la final del torneo, ya que le arrebataría el segundo puesto del ranking al español. Otra evidencia de otro final de temporada irregular del murciano.
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